Una vez definido un proyecto. Ningún obstáculo material lo detenía. Su ejecución resultaba obvia, iba de sí. “La logística seguirá”, decía Napoleón. Fidel igual. Su entusiasmo arrastraba la adhesión colectiva. Levantaba las voluntades. Como un fenómeno casi de magia, se veían las ideas materializarse, convertirse en hechos palpables, realidades, acontecimientos.
The post Mi amigo Fidel first appeared on Cubadebate.

